Hace poco me comentó mi amigo Javi la existencia de unas charcas que descubrió montando en bici y el hallazgo de unas puestas de huevos que podrían ser de sapos. Decidimos salir a investigar otro día, por lo que cogimos las bicicletas y salimos de noche con las linternas. No llevábamos el equipo por agilizar la búsqueda y para examinar el terreno y decidir con que material volveríamos. Esa noche descubrimos unos 20 ó 30 sapos, de los cuales algunas parejas estaban copulando, o como dice Javi, en “Amplexus”. Las charcas no eran profundas pero si tenían una buena extensión de agua lo que condicionaba al acceso y colocación de los flashes, había que tirar de equipo y no escatimar en medios, mi experiencia me dice que use lo que tengo, por ir poco cargado me arriesgo a que el resultado sea pobre.

Una semana después volvimos, ya con el equipo necesario, para ver que tal se nos daba la sesión fotográfica. Fuimos tarde, sobre las 23 h., ya que los sapos son más activos a medida que transcurre la noche. Tras hacer varias pruebas de luz y de movilidad con todo el equipo fuimos a la búsqueda de los modelos. Os muestro una foto del Making Off

Como podeis observar usé un flash principal montado en un trípode (a la izquierda de la foto), lo que me da libertad de movimiento y no tener que llevarlo en la cámara, y decidí usar un trípode jirafa (a la derecha de la foto) para poder colocar una luz de contra sin asustar a los sapos. La jirafa me permite poner un flash que apoyado en la orilla se mete hacia el interior de la charca, con un brazo de más de dos metros por si hace falta, ayudado por el contrapeso que veis en la foto. Para rematar la luz de contra he colocado en el flash una oreja-reflector para evitar la luz parásita en el objetivo y todo ello acompañado de una linterna de leds cogida con cinta americana, así se ve hacia donde apunta la luz y puedo prevenir reflejos de flash en el agua. Los dos flashes los disparo por control remoto, así evitamos los tediosos cables, que no hacen buena migas con el agua. La anécdota de la noche fue que se nos cayo un flash al agua, el trípode que lo sujetaba no lo afianzamos bien y termino por precipitarse. Lo rescatamos rápidamente y tras unos ejercicios de primeros auxilios, le quitamos las pilas y lo secamos bien, le dejamos delicadamente en la mochila. Cuando llegué a casa lo puse en una caja con arroz, para absorber la humedad de dentro, y tras varios días así lo saqué, lo probé y he de confesar que sigue funcionando, menos mal.
Volviendo a los sapos, sobra decir la paciencia que hay que tener cuando los descubres y pones las luces, logras enfocar y de repente se sumergen o se van nadando a otro lado sin haberte dado la oportunidad de hacer una sola foto, y vuelta a empezar. Tras muchos intentos descubrimos una charca que tenía varias parejas y aunque al principio estaban inquietos terminaron por acostumbrarse a nuestra presencia y a las luces. Fue la culminación de una buena noche de caza fotográfica
Aqui podeis verme en acción, gracias a las fotos que me hizo Javi, y veis en la esquina inferior derecha a tres parejas de sapos en Amplexus y poniendo huevos. Esa fue la foto de la noche, no había tenido antes tantas parejas a tiro y en acción por lo que me centré en planos abiertos para que se vean las ristras de huevos también. Os dejo con varias fotos, espero que os gusten.